Vamos a comenzar una serie de entradas que nos ayuden a entender qué es lo que pasa en la Santa Misa y cómo debemos comportarnos en ese ratito en que nos encontramos con Jesús.
Cuando vamos al colegio, sabemos que no se puede ir vestido con el pijama, que no se puede estar tumbados, sino sentado en la silla, que no se habla a voces sino en un tono moderado, que hay que estar pendientes en todo momento de lo que dice el profesor porque es muy importante para nosotros, para que adquiramos el conocimiento que nos transmite.

Cuando vamos a una boda a la que nos han invitado, sabemos que no se puede ir en chandal, sería una falta de respeto a los novios que celebran una fiesta importante para ellos, sabemos que no podemos empezar a pelear y gritar, porque les estropearíamos este día tan feliz, que no podemos quitarles el protagonismo, es importante para nosotros poder ayudarles a que sea un día muy feliz.
Cuando vamos a celebrar la Santa Misa, sabemos que vamos a encontrarnos con Jesús, alguien muy importante para nosotros, por eso nos levantamos con tiempo para poder ponernos muy guapos, no estamos todo el rato hablando con el de al lado, sino que nos vamos preparando interiormente para este encuentro, y estamos muy, pero que muy pendientes, de todo lo que nos va a decir, a través de las Lecturas, porque es muy importante para nuestra vida: nos ayuda a conocerle, da salud a nuestra alma, nos ayuda a ser felices.
Y, por supuesto, en la parte de la Liturgia Eucarística, es cuando nuestra atención debe estar toda concentrada en Jesús mismo, que se hace presente en el altar, en las formas del pan y del vino, para que podamos acogerlo en nuestro corazón y podamos conocer, amar y seguir a Jesús cada día.


No hay comentarios :
Publicar un comentario