Este Domingo celebramos una fiesta importantísima para todos los cristianos, para todos los que queremos seguir a Jesús cada día: la Solemnidad del Corpus Christi, del Cuerpo de Cristo.
Será un día en que todos los que habéis hecho la Primera Comunión este año volveréis a vestiros con ese traje para acompañar a Jesús, y no sólo debe ser el traje externo, sino también el del corazón, la ilusión y las ganas que teníais ese día, deberían aparecer de nuevo hoy, si cabe, con mucha más fuerza, porque ya habéis sentido a Jesús en vuestro interior.
En todas las lecturas se habla del alimento, algo importante para vivir cada día, si no comemos.... qué pasaría?
En la 1ª Lectura vemos cómo Dios daba de comer a su pueblo, el pueblo de Israel, en el desierto: nunca lo abandonó, aunque protestaran y se cansaran... Dios siempre estaba con ellos, alimentándolos cada día, igual que está siempre con nosotros si le dejamos un sitio a nuestro lado.
En la 2ª Lectura San Pablo escribe a los Corintios y les dice algo que sirve para nosotros también, que al participar todos de este alimento nos hace unirnos a Jesús de una forma muy especial.
Por último, en el Evangelio es Jesús mismo el que habla, y lo que dice también es para nosotros: nos explica que Él es el alimento, el que nos va a dar la vida, la Vida Eterna. Igual que no podemos vivir sin comer patatas, carne, huevos, etc., cada día, tampoco podemos Vivir sin alimentarnos con Jesús, sin su Amor, y, ¿cómo hacemos esto? pues en la Eucaristía,
Luego iremos en procesión por las calles de Béjar acompañando a Jesús, al Santísimo, que va en un trono, en la Custodia.
También nosotros, cada uno, somos como una custodia, si llevamos a Jesús en nuestro corazón después de haberlo recibido en la Eucaristía: al comulgar nos convertimos en Sagrario y en Custodia de Jesús. Por eso hemos de mantener el corazón siempre limpio y preparado, para que Jesús se encuentre a gusto y se quede a nuestro lado, dándonos esa Vida que nos hace ser felices.