miércoles, 3 de diciembre de 2014

I Domingo de Adviento



El domingo celebramos en la Iglesia el Primer Domingo de Adviento,  el primer día de un nuevo año litúrgico, el primer día de un tiempo lleno de posibilidades para esperar a Jesús que viene, para encontrarnos con Jesús, para recibirle en nuestra casa, acogerle y pedirle que se quede con nosotros.




Tuvimos una preciosa celebración que comenzó con la procesión desde la capilla de las Angustias hasta el altar.




Esta  vez, los representantes de los grupos de Confirmación de la parroquia portaron la primera vela que conformará la Corona de Adviento.







La Palabra de Dios nos invitaba a velar, a estar vigilantes, como aquel que desde su atalaya, desde su vida, esta esperando la llegada de alguien, y vigila: primero para que no se acerque ningún enemigo a atacarle (el egoísmo, el insulto, la desobediencia, la mentira, .....) y también para ver cuando llega el Rey que veíamos el domingo pasado, Jesús.



Muchas veces no encontramos algo y utilizamos la luz de una linterna para buscarlo. Esta vela que llevábamos el domingo en la procesión tiene que ayudarnos a encontrar a Jesús, pero también tiene que recordarnos que nosotros debemos ser luz para los que nos rodean,  tienen que ver en nosotros los frutos de la parábola de los talentos, ¿recordáis?, porque esa luz recuerda también a la luz del cirio pascual,  a Jesús.


Por eso os dejamos esta  vela que nos recuerda durante la semana la actitud fundamental a tener, ¿como estás tú? ¡¡¡ Despierta !!!

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